La vida es la historia de cada ser humano. Las vivencias hacen de la vida una historia. Historia que es necesario publicar. Aqui las mías. Aveces interesantes otras aburridas. Pero en fin, vivencias de día a día. Lo que soy, lo que he vivido. Tienen un orden numérico para seguir la secuencia.

domingo, abril 02, 2006


007 ¿Qué es un 69? ¿Un bikini?

Llegué de la escuela y pasé a ducharme. Era unos de mis muchos momentos para masturbarme. Pienso que mi flaquencia se debía a eso. Me puñeteaba varias veces al día. Ese era mi pasatiempo, mi deporte y en realidad mi escape. Pero el ser flaco me daba la ventaja de ser flexible. Esto me permitía doblarme hasta alcanzar la cabeza de mi pinga con mi boca. El automamarse es un privilegio que disfrute en mi juventud. Es una delicia sentir las gotitas de precum salpicando la lengua hasta recibir el chorro caliente de rica leche viril.

Cuando me quite mis boxer y cogí en mis manos a mi querido guevo, el olor del jugo de china llegó a mi olfato. Eso trajo a la memoria la mamada que me dio el vecino de mas arriba. Aprovechando la bellaquera, me hice la paja.

Ansioso estaba esperando a que llegara el viernes. Por las ventanas de la sala lo podía ver jugando con los otros chicos de la calle. Con sus pantaloncitos de trotar, descalzo y sin camisa bateaba con un palo de escoba, chapitas de botellas de refresco.

Aquellos "shorchitos putys", le quedaban a fuego. Su pelo lacio color negro contrastaba con sus ojos verdes. Practicaba la pelota y pertenecía a un equipo. Debes en cuando subía vestido con el uniforme hacia el parque. Además era modelo y salía con la hija de un jefe de estado. Tenía 21 años y yo 16. Miraba mucho hacia mi casa. Mi hermana al día de hoy dice que el estaba pendiente de ella.

Por fin llegó el tan esperado viernes. Salí camino a la escuela. De nuevo cuesta arriba para pasar por su casa. Llevaba en mi mano una varita que chocaba contra las rejas de las casas en son de hacerme notar que iba llegando.

Allí estaba con sus putys sin camisa, calzando unas sandalias hyppies. Me abrió el portón y me condujo a su cuarto. Se bajó el pantaloncito y dejó ver su hombría entre aquellos muslos de pelotero y modelo. Me empezó a desvestir. Quito cada una de mis piezas y dejó al descubierto mi delgado cuerpo. Estábamos parejos. Los pingos eran del mismo tamaño. Lo comprobé cuando con sus manos de lanzador los puso juntos. Parece que el también quizo compararlos.

El de él tenía mi debilidad. La piel sobre el glande. Y aunque tenía buena cabeza su tronco en la base era mas ancho. Las bolas inmensas con pelos moderados. Se acostó en la cama y me preguntó si quería hacer el 69.

-¿El qué?

-El 69, ¿no sabes que es?

No sabía. No entendía. Tenía muy poca información.

Pero con paciencia me explico. Y de ese modo tomé la maravillosa posición. Me acosté sobré el. Le puse mi pene en su boca y quede maravillado observando su maceta dura y levantada como un obelisco.

-Mamámelo. Pidió con la boca llena.

No me atrevía. Y aunque me moría de ganas tenía temor de coger alguna enfermedad.

Mientras, le encontré un hermoso lunar al lado derecho de la base. Era algo sexy. Tan sexy como el mismo.

-Dalé, mamámelo. No lo pensé mas. Lo tomé en mi boca. Rozándolo con los labios pero nada de chupar. No fue mi mejor mamada. Me encontraba en una combinación de nervios, miedo y bellaquera.

Tarde muy poco. Rápido me vine en su boca. Inmediatamente me baje de la cama. Mientras bien bellaco, el saboreaba mi leche masturbándose a la vez. Acercó un zafaconcito y ahí se vino.

Ya yo estaba vestido y listo para abandonar su cuarto. Me tomó del brazo y preguntó algo también nuevo para mí. Yo entendí algo de kini. ¿"Kini"? Pensé que era otra posición como la del 69.

-Chico, ¿ por qué no usas bikini? Bikinis en lugar de boxer. Calzoncillos bikinis.

Entendí.

-Es que son los que mami me compra.

En aquel momento aprendí a ser 69 y que es más sexy usar bikinis.

Ahora los uso bikinis y me encanta el 69.

Soy padre soltero... Todo un varoncito.