La vida es la historia de cada ser humano. Las vivencias hacen de la vida una historia. Historia que es necesario publicar. Aqui las mías. Aveces interesantes otras aburridas. Pero en fin, vivencias de día a día. Lo que soy, lo que he vivido. Tienen un orden numérico para seguir la secuencia.

domingo, abril 02, 2006


009 El Cristo de mi cuarto...

Lo de usar vaselina sin condón fue historia de los años 70. Hoy en el siglo XXI hay que usar el profi con lubricantes a base de agua. ¡Que tiempos aquellos! La verdad que gracias al Padre Nuestro logré retener mi eyaculación y alargar más mi bellaquera.

En la pared de mi cuarto mi madre puso un Cristo cruxificado. Se notaba en su rostro el dolor de la agonía de la pasión. Aquella pasión que hizo al productor de cine millonario. Mi madre lo puso para alejar la maldad de mi vida y hacerme un santo para poder entrar al cielo, pese a no ser diestro.

Para mi era un punto de enfoque homosexual. El fijarme en aquel cuerpo cubierto sólo por un trapo era algo que levantaba mis pasiones. Un cuerpo atlético con unos abdominales (8 pack, no 6) perfectos. Me llamaba mucho la atención sus asilas. Profundas, sombreadas con vellos. Sus pies, alargados y huesudos abatían mis deseos. Aquel paño dejaba ver la parte baja del abdomen llevándome a imaginar el tesoro que escondía debajo de el.

Perdonen los religiosos. Pero siempre se hizo interesante el escuchar alabanzas hacia Jesús como un hombre perfecto y hermoso. Alabanzas que gritan en los templo tanto hembras como varones que procesan amar a su mesías de todo corazón. Los mismos que siente un orgasmo llamado ríos de agua vivas. De ese tema hablaré con mas detalles en otras historias.

Pero por otra parte el temor infundado por mi madre de que aquel Cristo me estaba mirando no deja en paz mis pensamientos. Sinembargo yo me deleitaba pensando que El me mirara. Cuando yo me tocaba y al calzarme para masturbarme o cuando doblaba mi delgado cuerpo para automamarme, entendía que El me veía. Siempre me acordaba de la placa que mi abuela tenía en la entrada de su casa:

"DIOS ES SUPREMO EN NUESTRO HOGAR. OYENTE SILENCIOSO DE NUESTRAS CONVERSACIONES"

Era tremenda la mezcla que luchaba en mi mente, en lo más profundo de mis emociones. Por lo que en momentos me sentía pecador. Sucio, corrupto con mácula. Esto lo vivía por periodos. Rezaba y se iba el temor. Regresaba la paz, volvía la esperanza y con ellas las bellaquerías.

Criado en el catolicismo tenía que confesar ante el cura mis pecados. Que vergüenza, ¿cómo lo hago? Suerte que en una semana santa una tía nos invitó a su iglesia donde el padre celebraba una confesión grupal. Sólo usted se acusaba en el o los pecados correspondiente. ¡GENIAL ! Esa era mi oportunidad. Fuimos al templo nos confesamos y borrón con cuenta nueva. Amén.

Había dejado de visitar al pelotero. Con el dinero de mi trabajo parcial compre una bici para ir a visitar a mi novia. Tenía y era bastante tetona y bellaca. Pasando frente a la casa del pelotero para visitar a mi gevita, el salió y se paró frente a mi bici.

-Hey. ¿Por qué ya no me visitas?

-Es que voy para la casa de mi geva.

-¿Con que con novia? Yo también tengo. Es mas tengo varias. Pero quiero seguir bregando contigo. Ven entra a casa y jodemos un rato.

-No chico, además veo que tu mamá se encuentra.

-No te apures entramos al cuarto, prendo el aire y cerramos la puerta. Ella no le importa, sabes que es tan loca como su madre.

-No. Me da miedo que se entere.

-Pues vamos por la avenida. En donde arreglan carros hay un pastizal donde podemos bregar. Sigueme...

Sin esperar respuesta arrancó a correr, yo le seguí.

Llegamos al lugar. El taller ya estaba cerrado. La iluminación era mínima. Busco en la basura unos cartones y los puso sobre la tierra. Se bajó lo mahones, no tenía calzoncillos, y se puso en cuatro.

-Macho, métemelo... estoy bellaco.

Me saque la pinga. Trate de metérselo pero se hacia difícil sin vaselina. No pensamos en la saliva.

Yo me subí los pantalones, me monté en la bici y salí volando de aquel lugar. Juré no volver a joder con un macho en mi vida. Creo que como no pude clavarlo no contó como pecado consumado.

El modelo es casado con hijos. Yo soltero con hijos... Todo un varoncito